Cuando las hormonas bailan flamenco: cuida tu tiroides

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Un bol de sopa.

La primera vez que aprecié esa sensación mental solo pude cotejarlo con tener un enorme bol de sopa en la cabeza. Bien sabes, esos bols enormes nipones de sopa con fideos, hasta los bordes, echando humo y llenando de vapor mi cerebro. Un enorme, pesado y caliente bol que se tambaleaba cuando andaba y vertía el caldo en mis sienes. No podía meditar con claridad, mi cerebro se había vuelto muy pesado y solo podía sentirme triste.

Empezaba mi negocio. Y lo que una vez fue motivo de todas y cada una mis ilusiones ahora solo me aterrorizaba. Tenia mucho temor a dar un paso al frente. ¿Y si lo hago mal? ¿Y si se burlan de mí? No tengo la capacidad. La vergüenza dio paso a la duda, la duda al temor y el temor a la inmovilidad y la abulia. ¿Mas que me pasa? Deje de redactar, deje de responder al correo y solo me sentía agotada, agotada, cansada…

El frágil equilibrio hormonal

Después de recetarme los calmantes, la doctora con vagancia me hizo el favor: “Bueno, vamos a hacer una analítica mas a fin de que te quedes tranquila”. Apacible me quede. No me estaba volviendo ida, tenia hipotiroidismo.

Mi tiroides está de glándulas caídas y no genera suficiente hormonas T3 y T4. Esta hormona controla el metabolismo del cuerpo. Cuando genera demasiada hormona se tiene hipertiroidismo y uno está demasiado acelerado. En mi caso mi metabolismo se estaba desacelerando y de ahí que estaba deprimida, agotada, adormilada y apática. No es grave, mas es muy molesto. Ahí comenzó el camino de mi restauración y de buscar la dosis hormonal que pueda hacerme sentir como anteriormente. Incluso prosigo recorriendolo, y en estos meses me ha ido enseñando ciertas nuevas reglas de juego:

Nuevas reglas a aprender cuando vives con un desorden hormonal (o bien estas siempre y en toda circunstancia cansadísimo)

  • Cuando te hallas mal, te hallas mal, y no puedes torturarte por no rendir al mismo ritmo. Debes mimarte y bajar tu listón de perfeccionismo.
  • Cuando te hallas mal, te hallas mal, y no puede ser la disculpa idónea para no hacer lo que no te apetece. Ahora que entiendes el proceso físico que se esta desarrollando en ti, tienes la capacidad de amoldar soluciones. Aun si tienes la psique nubosa, puedes aprovechar para hacer otra cosa esencial, como salir a la calle o bien ordenar tus papeles.
  • Habrá días mejores y va a haber días peores. A mí me ha dado buenos resultados el recopilar oraciones y experiencias en una libreta de la motivación para los días de bajonazo, donde así como el cansancio tu psique te engañará y te dirá:  “no vales, estas agotada, nada merece la pena”.
  • Dormir una pequeña siesta no te hace una persona vaga y desentendida. Dormir a las 13:00 de medio día no te hace una persona vaga y desentendida. Solicitar un reposo no te hace una persona vaga y desentendida.
  • Hay cosas que no vas a poder supervisar, mas hay muchas otras que sí como son tomar la medicación apropiadamente, comer sano, felicitarte o bien reposar cuando lo precisas. Si lo piensas objetivamente, lo estas haciendo bien.
  • Tus pensamientos y tus esperanzas son tu mayor fuente de agobio. Hay que admitir que somos imperfectos. Probablemente la casa no precisa estar más limpia, o bien todo no precisa estar listo para mañana. Habla de forma positiva contigo mismo: Hoy tienes un mal día, mas no siempre y en toda circunstancia es de esta forma y estas haciendo todo lo preciso para dejar de sentirte mal. Felicítate.

Y la más importante:

Cuídate, goza, brinca, toma, juega y vive día a día regocijandote en el enorme placer de estar sano. Y si un día tienes un bache: cuídate, goza, brinca, toma, juega y vive día a día regocijandote en el enorme placer de que vas a superarlo :).

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