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Los mejores lugares de la capital de España para turismo rural, escogidos por bloggers de viajes locales

En nuestra serie de artículos por zonas, esta vez nos marchamos hasta la Comunidad de la capital de España. Hemos preguntado a ciertos mejores bloggers de viajes madrileños por sus rincones preferidos para una escapada rural en esa comunidad, y estas son sus contestaciones.

Cercedilla, encanto rural en la sierra madrileña – Disfrutamiruta

Cercedilla

Lejos del bullicio y los ruidos de la enorme capital, en plena Sierra de Guadarrama, se halla el Ayuntamiento de Cercedilla, mi pueblo preferido en la capital de España.

Cuando era pequeña me encantaba venir en familia y gozar haciendo senderismo. Cercedilla tiene muchas sendas increíbles para efectuar andando, en bici o bien aun a caballo, mas mi preferida siempre y en toda circunstancia ha sido la calzada romana. Combina naturaleza y también historia y me semeja irreal poder pasear por exactamente el mismo sitio por el que lo hicieron, las legiones romanas hace más de XV siglos. Al final de este histórico camino, en el valle de la Fuenfría, bajo la sombra de los pinos silvestres, nace el río Guadarrama, es un sitio increíble donde pasar un día de campo y gozar de las mejores piscinas naturales de la capital de España.

Los oficios en Cercedilla, se transmiten desde hace siglos de progenitores a hijos. La población cuenta con artesanos de renombrado prestigio y oficios prácticamente extintos, que tratan de sostenerse vivos a través de la asociación de artistas y artesanos del Ayuntamiento.

La feria gastronómica anual de Cercedilla, es de singular interés cultural, aparte de geniales platos habituales, las tradiciones más arraigadas como «la corta de troncos» o «la feria del caballo», se dan cita en estas datas.

Cercedilla es preciosa siempre y en toda circunstancia, mas un instante ideal para enamorarte de este ambiente es en invierno. La nieve cubre con su mantón blanco un paisaje que semeja haber quedado detenido en el tiempo.

La cota más alta del Ayuntamiento, Navacerrada, puede alardear de ser parada oficial del Camino de la ciudad de Santiago en Madrid y de su fantástica estación de esquí, donde los amantes del deporte de invierno, asisten por centenas cuando caen las primeras nieves.

Cercedilla ha logrado que me falten palabras y me sobren razones para invitarte a conocer este ambiente único de la sierra madrileña.

El Pardo – Diabarama

El Pardo. Madrid

Dicen que en El Pardo, madre, al bendito San Eugenio
le han dejado sin bellotas los señores madrileños,
y que al ver que los nobles se marchan ya poniendo gruesos
no tiene que haber un cochinillo que no se haga caballero.

Así de sarcásticas comienzan las muchachas del coro de majas en la popular zarzuela «El Barberillo de Lavapiés», si bien no se quedarán calladitos en sus réplicas. Toda esta introducción nos sirve para aproximarnos a El Pardo, que es uno de los Reales Sitios de España, a unos escasos siete quilómetros de la capital. En verdad, desde 1950/51 ya pertenece al ayuntamiento de la capital de España.

El Pardo se edificó a los dos lados del río Manzanares. Una ruta senderista sencillísima es la que llega hasta el embalse del río, prácticamente plana y de pocos quilómetros. Más bien un camino.

Además, se puede visitar el bello Palacio de El Pardo, que tanto por fuera como por la parte interior vale la pena. Data de mil cuatrocientos siete, construido por orden de Enrique III de Castilla (habiendo sufrido distintos cambios, como resulta lógico, a lo largo del tiempo.)

Hay exuberancia de restoranes y cafeterías por los aledaños para restituir fuerzas, así que visitar El Pardo es una alternativa fabulosa para un domingo cualquiera.

San Lorenzo de El Escorial – El paso del hombre

El Escorial Madrid

A algo más de media hora de la capital de España, se halla San Lorenzo de El Escorial, una atrayente población de la sierra. Supuestamente hay un solo motivo para acercarse a este sitio, y es que estos rincones serranos fueron del gusto De Felipe II quien decidió edificar en exactamente los mismos la más imponente obra arquitectónica de la historia de España. Esta magna obra atrae turistas todo el año. Mas en El Escorial hay más que hacer.

Cuando Carlos III autorizo a que creciese un pueblo a su lado, este se hizo con criterios académicos y el trazado central del mismo, mezcla calles rectilíneas con plaza agradables, e inclusive un genial teatro neoclásico. El día de hoy estas calles están salpicadas de abundantes restaurantes, donde las carnes y la caza acostumbran a ser las protagonistas. Concluyente viandas para el invierno, y otras más ligeras para el verano, puesto que San Lorenzo de El Escorial es una villa de veraneo para muchos madrileños que tienen acá una segunda vivienda transformándose de esta forma en un sitio animadísimo en los periodos estivales. Con una rica vida cultural, y numerosas terrazas veraniegas para gozar de las noches escurialeneses, considerablemente más frescas que las de la próxima capital.

Los aledaños del pueblo cuentan además de esto con enormes espacios de bosque pertenecientes a Patrimonio Nacional. Se trata de La herrería un sitio ideal para caminar y gozar del campo, y con algún palacio dieciochesco entre sus prados.

La Hiruela – FotoEscapada

La Hiruela, Madrid

Hace apenas 3 años que conocí La Hiruela, un pequeño pueblo de la conocida popularmente como Sierra de Madrid. Desde ese momento, figura en mi lista de lugares preferidos para ir a pasar un fin de semana rural, o bien un domingo apacible comiendo comida de la de veras, de la que se come en los pueblos. La Hiruela se recorre en un rato, apenas son 2 calles primordiales y 4 o bien 5 callejuelas, mas es uno de estos lugares que ha sabido sostener el encanto de los pueblos viejos, integrando las nuevas construcciones a la estética tradicional de piedra obscura y pizarra propias de la zona.

Es un sitio ideal para desconectar del agobio de la semana, bien pasando el día o bien gozando de un completo fin de semana a poco más de una hora de distancia de la capital, dirección norte, en medio de una región inmerecidamente poco conocida en la que encontraremos bonitos paisajes y exquisita gastronomía, aparte de aire puro y calma en todos y cada rincón. Puedes pasar el día conociendo su iglesia, su museo etnográfico o bien su molino, caminando por ciertas rutas de senderismo que parten desde el pueblo, o bien tomando unas tapas en sus bares y restoranes, para terminar cerca del calor de una chimenea al anochecer en una agradable casa rural.

Además, muy cerca de La Hiruela asimismo podemos visitar una de las joyas naturales de la provincia, el Hayedo de Montejo, que en otoño se viste de gala mostrándonos sus mejores colores a la espera de que las primeras nieves den paso al frío invierno.

Puedes ampliar esta información en este artículo del blog de FotoEscapada

Valle del Lozoya – Fotonazos

Cascada del Purgatorio. Valle de Lozoya

Si hay una esquina que me maravilla en pleno Valle del Lozoya de Madrid es indudablemente la Cascada del Purgatorio, un precioso salto de agua en plena naturaleza.

Sin duda, pasear hasta la catarata es una actividad bien interesante si has decidido pasar un fin de semana rural en esta zona de la Sierra de la capital de España, una ruta de senderismo verdaderamente fácil de doce quilómetros ida y vuelta que sale desde el conocido monasterio de El Paular en Rascrafría. El camino atraviesa el conocido bosque de Finlandia, una zona compacta de floresta en la que puedes perderte y gozar de sus caminos llenos de nieve en invierno.

Una senda recomendada para ir con niños por la sencillez de exactamente la misma, quitando un tramo de doscientos metros en el que hay que escalar un tanto entre las formaciones rocosas para llegar al final de exactamente la misma donde hay un mirador de madera lugar desde el que gozar de la catarata, congelada en invierno y rebosante de agua en primavera.

Es un sitio que me fascina por estar en plena Comunidad de la capital de España, apenas ochenta quilómetros del centro y por el hecho de que en los aledaños hay otros muchos lugares para visitar, como la presa y arroyo de la Angostura, Rascafría y los pueblos del Val del Lozoya.

Más info de esta senda en este artículo del blog de Fotonazos.

Patones de Arriba – Mis Viajes y Sensaciones

Patones de Arriba, Madrid

Visitar Patones de Arriba es una genial opción si deseas gozar de una escapada rural, un pueblo propio de casas de piedra y tejas de pizarra escondo entre las montañas de la Sierra Norte de Madrid que todavía conserva esa arquitectura tan representativa de la zona.

Nosotros os aconsejamos que la visita sea pausada, sin prisas, parándoos de cuando en cuando a oír el silencio que os envuelve y que solo es roto por vuestras pisadas al pasear por sus angostas calles adoquinadas.

Un pueblo que sorprende por su historia y por los lugares tan sugerentes como el lavadero y la fuente nueva, la iglesia de de San José o bien por un pequeño puente de piedra sobre un pequeño riachuelo que transcurre paralelo a la Senda Genaro.

Más info sobre Patones en el blog de Mis Viajes y Sensaciones

Chinchón – Objetivo Viajar

Plaza Mayor de Chinchón, Madrid

Si tuviese que seleccionar un destino de la Comunidad de la capital de España para desconectar del trajín incesante de la capital, este sería, indudablemente, Chinchón, una preciosa villa medieval ubicada en la vega del Tajuña declarada Conjunto Histórico-Artístico.

Y es que, aparte de ser justamente famosa por su gastronomía, que nos acerca a la cocina castellana de siempre, Chinchón tiene numerosos rincones llenos de encanto que la han llevado a la gran pantalla de la mano de directivos como Orson Welles o bien Henry Hathaway.

Te hablo de la hermosa fisonomía de su Plaza Mayor, con sus soportales y sus balcones de madera, de La Torre del Reloj que nos ofrece unas espléndidas vistas del caso viejo, del Teatro Lope de Vega o bien de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que se complace de lucir un Goya en su altar mayor.

Tranquilidad, patrimonio, paisajes de olivos y viñas, estupendos restoranes y tascas… Y todo esto a tan solo cuarenta y siete quilómetros de la capital de España.

Puedes ampliar esta información en este artículo de Objetivo Viajar.

Gandullas, una comisura ignota de la capital de España – Puentes en el Aire

Gandullas, Madrid

Un rincón, un rincón de verde y gris donde quepa el silencio. Un sitio en el que pueda abrir mis brazos para medir el espacio y no rozar nada con la punta de los dedos.

Que esté lejos mas cerca, que dé tiempo a viajar en turismo pudiendo regresar en cualquier instante. La música, el paisaje diluido por la velocidad, el hostal que consigue ocultarse en un pequeño pueblo.

A Gandullas llegamos como toxicómanos prestos a la rehabilitación, la capital de España es una droga peligrosa que puede terminar contigo. la capital de España, la vida moderna, el asfalto, el dinero, tú… Todo puede terminar contigo.

Fuimos a explorar caminos protegidos por arbustos y caminos abiertos como dehesas, donde la historia continúa atravesada en la tierra en forma de trincheras. La memoria de la Guerra Civil se defiende con un poema dedicado a las mujeres que lucharon.

Quedamos al filo de algo más profundo, más salvaje, donde las parabólicas no rompen el verde.

Fuimos asimismo a rencontrarnos con nosotros y entre nosotros. Nos encontramos latiendo cada uno de ellos a su ritmo y de nuevo debimos reescribir la ecuación que nos hace encajar tan bien.

Porque los besos no siempre y en toda circunstancia llegan cuando uno desea, ni se dan todas y cada una de las veces que uno quiere, mas si es para mí y lo quiero de ti es todo cuanto debería importar.

Fuimos a que no quedase más antídoto que charlar, por el hecho de que no hay más que hacer, ni deseo hacer solamente que eso. Charlar y pasear, regresar a la cama por el hecho de que llovizna, reírnos del monumento del pueblo, la Piedra de las Veces.

Retozar, comer, dormir, tomar y que desde la ventana pueda ver el horizonte y no una pared, es todo cuanto pretendo cuando escapo a un sitio salvaje, a fin de que me moleste el sonido de mi voz en la mitad de la calma.

A Gandullas llegamos como globos desinflados prestos a llenarnos de aire fresco, la capital de España es una urbe que precisa ser vivida con ganas renovadas.

Manzanares el Real – Woman to Santiago

Castillo de los Mendoza, Manzanares el Real. Camino de santiago de Madrid

Nos escapamos de la enorme urbe siguiendo el Camino de la ciudad de Santiago de Madrid. Mochila y carretera sin punto de inicio determinado. Hasta ahí todo realmente bien, tambores de aventura.

Al poco tiempo el ronroneo soñoliento del motor no nos impidió descubrir los torreones de una vieja fortaleza. Es realmente difícil pasar por alto el impresionante castillo de Manzanares el Real, con lo que paramos y dispusimos iniciar la etapa allá mismo. Por delante, una de las mil maravillas de la Sierra de Madrid, la cuenca alta del río Manzanares.

El Camino se hizo pequeño al andar. Extensos prados nos apartaban de las primeras colinas de La Pedriza, y su icono más impresionante, el pico de la Maliciosa nos hacía del mejor de los guías indicándonos en todo instante la dirección a continuar. Acá no hay sitio para las estrechas corredoiras gallegas, la sensación de espacio abierto es refrescante, y andas siempre y en toda circunstancia con la mirada puesta sobre un horizonte limpio.

A su abrigo llegamos prácticamente sin enterarnos a Mataelpino, con el mejor de los sabores de boca y la firme promesa de reanudarlo en ese punto muy prontísimo.

Patones y su ambiente – Viajando en Furgo

Presa Ponton de la Oliva

Uno de nuestros rincones preferidos de la comunidad de la capital de España, por todos y cada uno de los gratos recuerdos que me trae es Patones y su ambiente, en la Sierra Norte. Cuando éramos unos mozuelos era nuestro sitio preferido para escapar de la capital de España. Cargábamos a la mochila la tienda de campaña (cuando se dejaba campar sin inconvenientes) y para allí que nos íbamos, con pretensión de gozar de un increíble fin de semana.

Para llegar hasta acá, desde la A-1 nos desviamos cara Torrelaguna, un pueblo que bien merece una visita (¿cuántas veces hemos parado acá a adquirir el pan?). Desde allá nos dirigimos cara Patones.

Nada más pasar Torremocha del Jarama llegamos a Patones de Abajo, lugar desde el que nos podemos aproximar a Patones de Arriba, por el que no pasan los años. Esta es una visita obligada.

Si te fijas en el paisaje, puedes contemplar de cuando en cuando cilindros gigantes que aparecen y desaparecen por los cerros. Son las cañerías del Canal de Isabel II que nos trae el agua a los madrileños desde el embalse de El Atazar. A este podemos llegar siguiendo la carretera por la que veníamos desde Torrelaguna. Vamos a llegar a la parte alta, viendo el embalse desde una perspectiva increíble.

Antes de llegar a El Atazar dejamos atrás un desvío cara el Pontón de la Oliva. Allá encontraremos un valle precioso, limitado por altas paredes que son la exquisitez de muchos escaladores. Lo más curioso es la presa, que jamás llegó a cumplir su función. Existen paneles informativos que te cuentan su interesante historia. Muy cerca se hallan las Cárcavas, donde podemos ver de qué forma, por la acción del agua y el viento, se ha desgastado el terreno transformándolo en un rincón pasmante.

Naturaleza y pueblos con encanto, muy cerca de la capital de España.

Más info en el blog de  viajandoenfurgo.com

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