Como si fuesen Julián, Dick, Ana y Jorgina, los conocidos cinco de Enid Blyton, nuestros chicos vivieron todo género de aventuras a lo largo de un día en el Pantano…
Hace unas semanas el equipo de Tiny Cottons me planteó hacer para ellos un editorial con su compilación Primavera-Verano del actual año. Les planteé la idea de hacer algo que girara entrecierro a los tradicionales veranos en pandilla de siempre. Tal vez pues la palabra «verano» siempre y en toda circunstancia me lleva a ellos.
Tenía pendiente ir a conocer la casa de mi amiga Alicia en el Pantano de San Juan porque, no solo no conocía su casa sino apenas había estado en el Cenagal una vez, y Martina y Lola aún no lo conocían.
Así que decidimos irnos todos allá a pasar el día y dejar que nuestros cinco (Kenya incluída) fuesen sencillamente mismos que, indudablemente, es lo que mejor saben hacer.
Montar en bicicleta, explorar los aledaños, ir en pos de insectos, bajar a la playa, escalar por los leños, tirarse en bomba al cenagal, contarse sus cosas, solucionar pistas, jugar, reir, curiosear… En suma, ser un pequeño.
Y el día de hoy comparto con vosotros el resultado de «Un día en el pantano» el resultado de este editorial para Tiny Cottons que gocé tanto como los propios pequeños. Espero que os guste.
Un editorial real como la misma vida, que habla de la amistad, de la niñez de siempre y en toda circunstancia, de las pandillas de verano y sus aventuras.
Stay curious & keep exploring
Y verificamos que no hay mejor estilismo que lo fácil, ni mejor brief que perseguirles en sus aventuras cámara en mano y documentar aquello que van viviendo en un día entre amigos.
Let´s the adventure begins
El cenagal es ese sitio mágico donde puedes ir a pasar el día en el mes de abril y localizarte con una playa vacía, solamente para ti.
«She’s got a smile it seems to me reminds me of childhood memorieswhere everythingwas as fresh as the bright blue sky.Now and then when I see her faceshe takes me away to that special place…»
Cruzaron en barca, bogando contra el viento si bien sin marea, a nuestra particular «Isla de Kirrin». Si se identifican por algo las historias de Los 5 de Enid Blyton es por esa falta de progenitores, de reglas y horarios. Y no iban a ser menos….
En «La isla de Kirrin» les aguardaban nuevas aventuras: explorar la zona, trazar nuevos planes, descubrir a los malos y buscar pasadizos secretos.
Y como en todo buena aventura, llega un instante que el apetito avizora y llega la hora de merendar. Todos hemos salivado leyendo las descripciones de las meriendas de Los 5, de los pocos instantes en los que aparecía la figura de los progenitores y que se goza tal y como si llevasen días sin comer. Y es que tanta aventura al aire libre siempre y en toda circunstancia abre el hambre.
Fue un día increíble para ellos y para nosotros. Volver a descubrir el cenagal mediante sus ojos y regresar a gozar de la niñez más entretenida, la de los veranos con amigos, fue un regalo. Por más editoriales gozados de esta forma querida Alicia. Gracias Tiny Cottons por la confianza y merced a nuestros chicos por ser simplememte .
