«¿Es preciosa Palermo?
Es preciosa, muy bella, singularmente para quienes aprecien más, como Val Inclán, la majestad caída que sentada en el trono.
Miguel Reyero. SICILIA. Editorial Laertes.»
Y con esta premisa nos fuimos a gozar de Palermo a lo largo de un fin de semana, esta vez, nuestra segunda en esta fantástica urbe, con las pequeñas.
Cualquier ocasión de trabajo en la que pueda contar con ellos y aprovechar para conocer planeta juntos, intento no desaprovecharla. Esta vez, retratar una campaña para Mango Kids me llevó hasta allá. El resultado de ese viaje, el editorial «Un Buon Viaggio» ya está libre en su página web. Y aprovecharé este blog post para contaros ciertos sitios que visitar si vais un fin de semana a Palermo, y de qué manera ha sido viajar con pequeños en esta urbe.
Mi primera recomendación viene mucho ya antes de coger cualquier vuelo para viajar a la preciosa Sicilia, y es que os aconsejo mucho que os hagáis con la guía de Sicilia de Miguel Reyero de la editorial Laertes, y no por el hecho de que sea el tío de mi marido, que asimismo, sino más bien por el hecho de que se considera la mejor guía de Sicilia y está hecha a conciencia, es personal y con un montón de historias y referencias bien interesantes. Leedla poquito a poco ya antes de viajar por el hecho de que os va a ayudar a saber más de la isla y de la urbe, y asimismo a haceros una idea de de qué manera es y de qué manera abordarla. Algo que estimo esencial siempre y cuando se viaja y que a mí, particularmente, me chifla hacer.
Dicho esto, os contaré ciertos indispensables de Palermo para los que solo vayáis un fin de semana, como .
1. Quattro Canti
Empezamos por el centro del Palermo histórico. En el cruce entre Vía Vittorio Emanuele y Vía Maqueda se halla esta plaza, o bien más bien cruce, con 4 fuentes encabezadas por las alegorías de las 4 estaciones, esculturas de 4 reyes españoles y de 4 santas protectoras de Palermo.

Los Quattro Canti eran para nosotros la referencia. Todos estaba aproximadamente cerca o bien lejos en función de su distancia con este cruce de calles.
Si proseguíamos Vía Vittorio Emanuele cara abajo llegábamos hasta el mar y si proseguíamos cara arriba nos hallábamos con la Catedral y el Palacio de los Normandos (o bien Palacio Real), entre otras muchas cosas.
2. Piazza y fontana Pretoria
Al lado de los Quattro Canti, en una zona más elevada de Vía Maqueda y distanciada del tráfico. Es una plaza bella y espaciosa a fin de que puedan moverse a sus anchas sin temor a que aparezca un vehículo o bien una motocicleta en cualquier instante. La fuente, otro de los símbolos de Palermo, está rodeada por el Municipio y por hermosos palacios. Las cabezas de animales que tiene la fuente dieron para un buen rato de juegos con Martina y Lola.
3. Palacio de los Normandos y capilla Palatina
Fue una de las recomendaciones que nos afirmó Miguel que no podíamos perdernos. En verdad en su guía afirma textual «si únicamente se pueden ver 2 cosas en Palermo, que una sea la capilla Palatina. Y si es solo una cosa, asimismo la capilla Palatina».
Como es un sitio de obligada de visita, acostumbra a estar lleno de turistas, con lo que siguiendo su consejo, fuimos el último día de la semana por la mañana temprano, ya antes de la misa de las diez. Antes que comience la misa te invitan a salir mas puedes quedarte a escucharla, nos afirmaron aun que sería en latín y que no comprenderíamos nada, mas decidimos quedarnos a verla por el hecho de que nos había comentado que era algo espléndido y una ocasión única de poder contemplar la capilla en su esplendor y gozar de la misa cantada por el coro fundado por el rey Roger en el siglo XII. Y eso hicimos.
4. Mercado Ballaró y Lo Capo
Uno de nuestros sitios preferidos de Palermo fueron los mercados, llenos de materia prima exquisita y de genuina vida palermitana.

Pasear entre sus puestos de verduras, pescado, carne, condimentas, pasta y todo tipo de comestibles frescos con sus vendedores proclamando en siciliano sus mejores ofertas, es una experiencia que, indudablemente, no os podéis perder. Lola, que no se corta con nada, enseguida se ganó la simpatía de muchos de ellos por el morro que le echaba al procurar charlar con ellos para solicitar algo, en un italiano medio inventado mas con gran acento.

Si os alojáis en un piso, como hicimos , es buena ocasión para llevaros producto fresco y hacer una buena pasta o bien una rica pizza. Imposible resistirse y gozar como un local de la urbe.

Nosotros desayunamos, comimos y cenamos prácticamente todos los días en casa, y nos encantó esta forma de gozar de la ciudad, haciendo día a día nuestra adquiere y cocinando con productos de allá.
Nos agradó mucho hacer vida «casera» por el hecho de que de esta manera podíamos llevar nuestro ritmo, con nuestras siestas tras comer o bien los juegos de mesa tras la cena. Para mí, esos pequeños detalles son los que hacen singular los viajes, nuestros instantes de convivencia en urbes diferentes a la nuestra.
Salir al mercado a adquirir, cocinar, ir sin prisas y vivir la urbe sin más ni más.
En el Mercado de Ballaró se puede gozar de ciertos puestos con la iglesia del Carmine detrás. Verdaderamente bonito.
El Mercado de Lo Capo nos encantó por el distrito en el que se halla. Conforme la guía «uno de los distritos más degrados y olvidados de la ciudad» y tal vez por este motivo, conserva mucho de su encanto decadente.
5. Teatro de Pupi
Uno de esos planes que a los pequeños les encantará. El teatro de Pupi se considera aun Patrimonio de la Humanidad, y es que sus marionetas, especiales y tradicionales, son un arte popular. Una de las familias que se ha dedicado al teatro dei pupi desde hace siglos, ha creado un taller enfrente del teatro para aprender la creación y reparación de los pupi, decorados, complementos…
6. La Cala y el parque frente al mar
Siempre digo que cuando se viaja con pequeños hay que amoldar las sendas y paseos en función de sus intereses que no todo pueden ser sitios «para mayores», de ahí que esta recomendación no podía faltar por el hecho de que, indudablemente, para ellas, este fue su lugar preferido de la urbe.
Desde nuestro piso callejeábamos dando un camino por el distrito hasta llegar al puerto. Ir viendo los navíos y leyendo sus nombres es una cosa que les chifla. Bordeando la línea de navíos llegamos a Porta Felice y a «Il Parco de ella Salute», un parque frente al mar que fue su sitio de desahogo. Mitad parque infantil, mitad zona de adiestramiento, eran capaces de pasarse allá horas. Fuimos 2 de los 3 días que estuvimos por el hecho de que no charlaban de otra cosa. Y , que somos muy de patear todas y cada una de las urbes y darles un buen tute, al que siempre y en todo momento responden sin inconvenientes (ya llevan callo), no podemos más que premiarlas con su buena dosis de parque sin ningún género de dudas. En todos y cada viaje debe haber siempre y en todo momento tiempo a fin de que todos gocemos.
Si vais con pequeños, les encantará.
7. Mondello
Conocida como «la playa de Palermo», Mondello está a solo 13km de la urbe y es conveniente para ir a dar una camino por la playa, por el puerto pesquero o bien entre sus calles donde en los años veinte «una sociedad belga empezó una urbe jardín en la que la alta burguesía de Palermo se hizo edificar muy elegantes residencias estilo liberty». Mención singular merece asimismo su viejo balneario en pleno camino marítimo.
Al margen de estos siete lugares que os he remarcado singularmente, lo más conveniente es callejear, perderse por sus distritos y gozar de la decandencia de sus edificios, con su ropa tendida por todas partes y su peculiaridad llena de encanto. Patearse Vía Roma, Maqueda, y Corso Vittorio Emanuele, y sus alrededores. Tras la catedral, cara el Mercado de Lo Capo, perdido en un callejón está un pequeño museo (anecdótico) dedicado a los habituales carrettos sicilianos que hemos visto alguna vez en anuncios de Dolce y Gabanna.
Dónde dormir
Respecto al alojamiento, nos quedamos en un apartamento muy amplio que encontramos en Airbnb y del que me enamoré cuando lo vi. Si bien es verdad que las pequeñas siempre y en todo momento prefieren hotel por el hecho de que el plan de buffet de desayuno les chifla, esta vez nos decidimos por piso para poder hacer más vida allá.

Tenía el encanto de un pequeño palacio, sin serlo, con vistas a una iglesia por una zona de la casa y al patio interior del conjunto de edificios que formaban una parte de la comunidad, por otra. Más que un patio, era una pequeña placilla, rodeada de edificios decadentes y viejos, comercios pequeños de platería y un enorme árbol central. Era verdaderamente bonito.

Me agrada buscar casas con encanto siempre y cuando puedo, me agrada soñar a través de ellas, imaginar de qué manera sería nuestra vida si viviésemos en esa ciudad… Y en esta, la verdad, es que no se estaba nada mal y gozamos de grandes instantes en ella.
Dónde comer
Respecto a sitios donde comer, os paso ciertas recomendaciones que nos dio Miguel:
En Vía Butera esquina con Piazza Kalsa, está el sitio más asequible para comerse un bocadillo y una cerveza de Palermo: Figgitoria Chiluzzo, muy popular. Si no se come ahí, siguiendo por Butera hasta Vía Lincoln, hay otra gran institución: el Bar Touring, templo varazo de los arancini. Ojo, el modelo arancini “bomba” quita el apetito para un día entero. Justo del otro lado de la calle, está Villa Giulia, uno de los parques más bonitos de Palermo, para descansar los arancini.
Ah! ¡Y no dejéis de probar los cannolo! Los de Pasticceria Capello son exquisitos.
Para tomar un buen helado, para nosotros, indudablemente, Gelateria Brioscià.
Palermo es una urbe alucinante y llena de encanto, si bien he de decir que un pelín agobiante yendo con pequeños, por todo el tema del caos del tráfico. No es una urbe donde puedan ir andando a sus anchas y sin inconvenientes por las calles por el hecho de que no sabes en el momento en que te saldrá una motocicleta por un rincón, un vehículo por la calle más inesperada o bien cuando pararán (o bien no) en los pasos de peatones.

A pesar de ello, soy de las que considera que deben conocer todo género de urbes, no solamente las que son más family friendly, y que cada una te aporta y te enseña algo nuevo.
Pero os lo cuento a fin de que no penséis en Palermo como la urbe «perfecta» para viajar con pequeños, por el hecho de que no es sencillo. Por lo menos no todo lo simple que pueden ser otras como Estocolmo, que fue nuestro precedente viaje, y fue una genuina disfrutada en ese sentido.
Un plan, en cambio, que me semeja muy deseable si tenéis días suficientes para hacerlo, es recorrer toda Sicilia de costa a costa y no solo conocer Palermo. Desde entonces es una isla que merece mucho la pena y que no dudo que os enamorará.
Ya me contaréis…
Buon Viaggio!
P.D: Las fotografías pertenecen al editorial que efectué para Mango Kids. Para poder ver los links a cada una de las prendas, solo debéis visitar su página web que aperece todo detallado en el documental «Un Buon Viaggio».