Conforme, posiblemente la decoración de la casa de la fraternidad no esté absolutamente en lo más alto de tu lista de cosas por hacer, pero tener un lugar bien situado puede hacer que todo el planeta esté más cómodo, e incluso puede hacer que las fiestas sean más entretenidas. No vamos a ponernos en plan Martha Stewart. Estas ideas serán veloces, accesibles y simples, y añadirán algo de carácter a ese lugar sin vida que ahora probablemente esté lleno de polvo y asquerosidad de piso de soltero.
1. limpieza. Los calcetines sucios y las latas de cerveza no cuentan como decoración. No debes establecer reglas al respecto ni nada similar, pero cerciórate de que todos pongan de su parte para mantener las cosas en tu fraternidad. Y una vez a la semana, más o menos, deberías limpiar la cocina, suprimir el polvo y limpiar los baños para que las chicas no se asqueen absolutamente cada vez que organizas una celebración.
2. Tira un tanto de pintura. La pintura es una de las formas más accesibles y simples de mejorar el aspecto de una habitación. No es necesario que todos los muebles hagan juego, ni que las cortinas sean bonitas. Solo debes adquirir una lata de pintura de un color interesante y ponerte manos a la obra. Puedes decorar una habitación con un color brillante, pero no neón, o emplear un color intenso y valiente en determinadas paredes de acento.
3. Añade ciertas -poquísimas- piezas ornamentales. Nada hace más interesante un tema de charla que una obra de arte original. Dirígete al departamento de arte de tu escuela para ver si alguien está presto a hacer una pintura o escultura amoldada para la casa de tu hermandad. No elijas nada demasiado débil o femenino. Ahora se pueden conseguir piezas impresionistas o modernistas muy chulas, y comprando una pieza a un compañero te ahorrarás mucho dinero.
En lugar de emplear muchas piezas pequeñas en diferentes paredes, pruebe un aspecto simple con un solo cuadro enorme en la pared principal de su sala de estar. Esto causa que todo sea más ágil, y además que haya menos cosas que suprimir el polvo. Lo mismo ocurre con otras piezas de decoración. Solo debes conseguir ciertas piezas grandes, robustas y asimismo interesantes en lugar de un montón de piezas pequeñas, enclenques y que acumulan polvo.
4. No emplees un tema, pero elige unos colores a los que ajustarte. Evidentemente, no desearás preocuparte demasiado por las habitaciones de todos, pues sería exagerado. Sin embargo, tratándose de salas de estar, cocinas y demás, se puede llegar muy lejos con solo escoger unos pocos colores a los que adherirse. Emplea colores complementarios, como el azul y el naranja, o emplea colores similares, como dos tonos diferentes de verde.
¿No puede decidirse? Ve a tu ferretería local y coge un montón de pedazos de pintura. No debes calificar necesariamente cada pequeña perturbación de tonos, pero puedes hacer una veloz votación por mayoría para ver qué colores vas a emplear en tu fraternidad.
Va a costar un tanto de esfuerzo hacer que tu fraternidad tenga un aspecto admisible, pero merecerá la pena. Va a parecer más una casa que una guarida, y aparte de esto hará más felices a tus amigas, amigos y potenciales novias cuando vengan de visita.