Para esta entrevista había pensado dos títulos comunicar el diseño o las relaciones del diseño. Si soy franca, no recuerdo bien de qué forma conocí a Manel Escacena-Chica pero si recuerdo con perfección, entre otros detalles de su persona que, antes de la pandemia, Manel organizó una cena en su casa a la que asistí como invitada. Gracias a ese evento conocí a personas fabulosas relacionadas con el interiorismo, la fotografía, el diseño, el arte, el escaparatismo y la creatividad en general… Recuerdo con perfección esa cena por el hecho de que su propuesta fue sencilla: “Organizo una reunión por amor al arte”. Me pareció una idea brillante que su motivo sea simplemente generar relaciones, que el “cometido fuera unir a gente del campo de diferentes índoles”.
“Mi destino era comunicar”
A Manel, autor de Storydesigners PR Studio y encargado de Nex de publicidad en Cataluña, comunicar y conectar profesionales del campo del diseño se le da verdaderamente bien. Ya desde pequeño visibilizaba esa gran capacidad. “Cuando tenía tres años ya tenía obsesión por los teléfonos y no se por qué le aseveraba el medo. Era como que mi destino era comunicar… Me defino como comunicador. Yo creo que escogí la carrera conveniente, estudié comunicación audiovisual. Y lo que soy es comunicador”, me asevera en su oficina. Allí nos citamos, en Sant Pere Màrtir diez (Gràcia, Barcelona) donde comparte espacio en el estudio fundado por los interioristas Mery Garriga y Alex Giró.
“Me especialicé en comunicación corporativa, trabajando en patrocinios, eventos… Viví en Londres y en Ámsterdam y volví a España para hacer el centenario de la marca Simon. Con Simon me especialicé en el campo de la arquitectura y el diseño y esto es lo que me ha llevado a estar donde estoy ahora”, comparte para Interior Contraportada.
Manel es un referente para marcas y profesionales que intentan hacerse un hueco en la prensa especializada. Él conoce con perfección estilos y líneas editoriales. Una nutrida visión que ha sabido forjar con el tiempo merced a su predisposición y creatividad para conectar la esencia de cada firma con el medio ideal para educar su producto.
Conectar el diseño con su público
“Los diseñadores me aseveran que no son muy, muy buenos para comunicar, a lo que respondo que estoy yo para ello, para robustecer su capacidad y contar sus historias”. Yo disfruto conociendo y descubriendo historias de diseño y ayudando a profesionales y marcas que conecten con su público”. Y continúa: “Para escoger qué clientes pueden encajar conforme la línea editorial de una revista, pues al final hago de conector. Busco las tendencias que pueden ser interesantes para ellos, para las empresas”.
Tener esa claridad del presente panorama y saber generar ese género de vínculos es un trabajo que realiza de forma natural, no de forma consciente, “sino como soy”, matiza. “Creo que, al final, es cuestión de valores. Quizás es mi secreto, no lo sé… tanto tiempo dedicándome a las relaciones públicas y los eventos… siempre me han dicho que soy facilitador y que eso da confianza”.
La sensibilidad por las personas y sus historias
“La forma en la que desarrollo mi trabajo es clave el factor humano, pero no lo hago adrede, es mi forma de ser”, asevera. Llevar ese plano tan personal a la profesión, ha tolerado también desempeñar sus papeles como conectólogo y es un valor que, de alguna manera, tiene sus raíces en de qué forma ve y mira la vida, comprendiendo y asimismo incorporando en ella el mapa de situaciones que le tocó merodear. Y poniendo siempre y en toda circunstancia y en toda circunstancia en primer término a las personas y sus historias de vida.
La figura de su padre aflora de forma continua en nuestra charla. Y es que de él aprendió mucho. Su padre era una persona sumamente atrayente y sociable, admirada y querida por todo el distrito de Gracia. De él, reconoce, viene su pasión por percibir la radio de madrugada, su idolatría por generaciones precedentes, —a Manel le hubiera agradado vivir en la época de la Gauche Divine— y, también de su padre cita, aprecia “la conciencia por la responsabilidad y el trabajo”, valores imprescindibles para lograr los deseos en la vida. “Además, de él rescato la vena más hedonista… disfruta y pasársela bien, ser buenas personas”, asevera.
“Creo que, al final, quien se dedica al diseño tanto sea diseñador como comunicador, tu trabajo se guía por instinto. A mí las cosas me deben conmover, las cosas las hago con el corazón. Nunca me arrepentiré de conectar a personas, de ayudar”. De allí que los aspectos que más le complacen de su trabajo sean “el contacto con la gente y que la gente te responda. Tiendo a llevar las relaciones profesionales a las personales… por el hecho de que es un planeta que amamos y, al final, se generan muchas relaciones personales”, explica.
Amar y resguardar la cultura del buen diseño
Cuando le pregunto a Manel sobre los profesionales que le rodean y qué ha aprendido de ellos a lo largo de este tiempo, asevera que muchos de ellos son como sus segundas madres, sus amigos… Y aprovechando el momento comenta: “He tenido la suerte de trabajar a la vera de grandes referentes del planeta del diseño de los que he aprendido a mirar con otros ojos y a apreciar y resguardar la cultura del buen diseño como son Salvi Plaja, directivo de diseño de Simon y presidente de ADI-FAD. Diseñadores como Antoni Arola, Josep Lluscà, Emiliana Design, Fran Aniorte, Germano Marchetti, Mariel Fuentes o Noviembre Studio. También fotógrafos como Marcela Grassi, Alvaro Valdecantos y Rafael Vargas o interioristas como Claire Davies, Welcome Design, Carlos Martínez Interiors o Mar Gausachs, y profesionales del planeta de la prensa como Marta Riopérez, Pilar Civis, Teresa Herrero, y un sinfín de personas más…
Antes terminar nuestra charla para pasar a la creación de un Reel de mi visita, le pregunto a Manel si quiere añadir algo más y me dice: “Creo que si la vida es como es, si puede ser más bonita, mejor”. Deseo que podamos celebrar una próxima cena —le comentó yo— y le digo que eso sí hizo bonita mi vida.