

«Hola amigas de El Mueble, soy Piedad y vivo en un pueblo de la costa cercano a Barcelona. Soy lectora de El Mueble desde tiempos inmemoriales y he utilizado vuestros trucos en todos y cada casa en la que he vivido, incluso cuando vivía en Y también.U.. Hace cinco años volví a España tras muchos años fuera, hace tres, mi marido y yo adquirimos la casa donde esperamos vivir para siempre y los últimos dos años los hemos pasado remodelándola y decorándola» de este modo se presenta nuestra lectora de hoy Piedad Martínez.


«Cuando fue el momento de buscar nuestra casa ideal nos planteamos cuales eran nuestras condiciones «no controvertibles» y decidimos que eran solamente tres: que las estancias fuesen espaciosas; que la casa tuviese buenas vistas, preferiblemente, del mar; y que tuviese mucha, mucha luz. Encontramos una que cumplía todos nuestros deseos, tenía buena estructura y muy buena orientación, aunque su aspecto y mantenimiento dejaban mucho que estimar. Pero vimos las posibilidades y aunque sabíamos que iba a ser un proyecto largo y costoso, nos hacía mucha ilusión pensar que cuando acabásemos la casa tendría nuestra huella. Yo estaba encantada de poder poner en práctica los conocimientos y las ideas que había aprendido tras tantas horas de lectura de El Mueble» sigue contando.


«Contratamos un arquitecto que nos entendió a la perfección y un constructor que ejecutóel proyecto con mucho cariño y dedicación. Uno de nuestros espacios preferidos es la cocina que pasamos un buen tiempo diseñando. Mi marido cocina estupendamente y pasa allí muchas horas. Teníamos claro que deseábamos abrirla al comedor puesto que invitamos mucho a amigos y no es cuestión de encerrarse en la cocina y perderse la diversión. Aparte de esto mi marido se obsesionó en tener una encimera y un horno «tamaño americano», con lo que no paramos hasta encontrar una cocina de 6 fuegos y un horno suficientemente grande para cocinar un pavo el Día de Acción de Gracias» prosigue.


«En la habitación principal, pusimos la cama en medio de la habitación y encarada a las vistas, y es un placer despertarse por la mañana y ver el mar sin salir de la cama» explica Piedad.


«¿Y los baños? Todos bellos, en diferentes estilos pero todos en tonos blancos y grises. También con un toque americano, puesto que no alicatamos todo el baño, solo la zona de aguas, con diferentes cerámicas que me complacieron. La verdad es que nunca imaginé que debería tomar tantas decisiones: desde el género de suelo hasta la altura del zócalo, desde donde deseaba encender y apagar cada luz hasta la altura de los enchufes… Hubo resoluciones simples, otras difíciles, alguna equivocación pero, en definitiva, el resultado es la casa que siempre y en todo momento y en todo instante habíamos soñado» cuenta nuestra lectora.


«La decoración de la casa es toda mía (con consejos de los especialistas, como resulta lógico), con toques americanos (como el grifo sobre la cocina que nadie sabe qué es ni para qué, como la isla enorme) y, sobre todo, con muchas ideas que me ha ido aportando vuestra revista a lo largo de los años, a lo largo de horas de mirar y remirar fotografías (la preciosa escalera de madera, los ventanales, el cabecero «a cuatro vientos», la calidez de los detalles)» nos confiesa.


«Esta casa es aun un proyecto en marcha y sigo añadiendo detalles, el último, un huerto urbano. Bajo mi punto de vista, una casa es como un ser vivo, que va mudando y se va transformando y si la decoración es tu pasión, como lo es mía, no hay únicamente gratificante que ver tu casa evolucionar y reflejar tus gustos. Y no hay nada mejor que vivir en un espacio creado por ti que te aporta la energía que precisas para disfrutar todos los aspectos de tu vida» añade Piedad.


«¿Que por qué me complacería que mi casa saliese en El Mueble? Puesto que me apasiona la decoración y vuestra revista ha sido mi inspiración. Puesto que las casas que he ido viendo en vuestra revista me han inspirado y me han ayudado a delimitar mis gustos y a aprender de qué forma conseguir los looks que me complacen. Sería un honor aparecer en vuestra revista y que mi casa ayudase a otras lectoras y lectores a encontrar su estilo o a ver ciertas ideas que les pueden acudir en su casa» concluye.