La lectora Concha leía El Mueble desde pequeña. Ahí comenzó su afición por la decoración. Primero, cogiendo las gacetas de su madre. Después, corriendo cada mes ilusionada a por el nuevo número al quiosco más próximo.
La historia de esta casa en Oviedo, que el día de hoy nos enseña, ya tiene veinte años. Concha cuenta que la hicieron mismos. Tener un proyecto de esta forma entre manos, es un reto. Y es que cuando la casa de tus sueños está tan cerca, la espera se puede hacer eterna.
Pero Concha supo aguardar. Y fruto de ello es esta cautivadora casa, donde no falta de nada. Aun el porche es de ensueño. El color teja de la testera le da un aire rústico que combina con las sillas de fibras y la mesa de madera.
Sin pasar del recibidor, ya vemos que su interior está lleno de rincones con mucho encanto y detalles que semejan genuinos tesoros. Solo debes mirar los anaqueles integrados bajo las escaleras de madera. Cuántos objetos… ¡Y cuánto espacio!
Los techos del vestíbulo son muy, muy altos. Podemos ver el segundo piso desde la puerta, que queda abierto tras la barandilla negra. ¿En la pared? Más tesoros. Unos cuadros tradicionales con marcos robustos, bien elegantes, que nos trasladan a una casa de campo.
Pasamos al salón y sentimos el primer flechazo: las 2 estanterías de obra en los laterales de la chimenea. Son las protagonistas del espacio y no solo por la cantidad de tesoros que cobijan. Semejan envolver la sala al lado de los sofás blancos y colorados. Qué maravilla.
En el comedor, una vitrina de madera resguarda la vajilla y encima, más detalles como candelabros o bien plantas. Otro flechazo: los 4 espéculos colgados en la pared. Concha ha combinado diferentes tamaños y marcos con formas diversas. Eso sí, todos en un color dorado afín al de los marcos de la entrada.
Otro puntazo es la cocina. El aparador semeja acoger mil y una historias. Ahora bien, fíjate en la campana extractora. Esto sí que marca la diferencia. ¡Podría ser la chimenea del salón! Por fin, el dormitorio. Volvemos a toparnos espéculos con marco dorado sobre el cabecero de madera. Una de las cómodas hace la función de mesa de noche. Las alfombras de fibras aportan calidez y la mesa para trabajar le da un toque único al espacio.
«Cuando comienzas un proyecto de esta forma, crees que jamás sale la casa que deseas por el hecho de que semeja tener vida propia«, sentencia Concha. Cuanta razón. Esta casa ya guarda su historia en todos y cada esquina.
