“En las casas de playa siempre y en toda circunstancia y en todo instante se apunta gente a dormir, con lo que decidimos quitar metros al salón para ganar dos literas en un dormitorio. De este modo pueden dormir seis personas ¡sin invadir las zonas comunes!”, explica la decoradora Marta Tobella. Debió amoldar las camas extra a una viga estructural (de ahí esas estanterías que hacen de mesas). “Es lo bueno de hacer las cosas a medida, que puedes ajustar cada detalle al centímetro”.
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Cómo pasar de una casa de playa sosa a una de revista
Por supuesto, la base de las nuevas camas es del mismo contrachapado en blanco roto del mueble del salón, los cabeceros y los frontales de los armarios de cocina, en la medida en que la máxima de Marta es escoger pocos pero buenos materiales y exprimir el espacio. Por servirnos de un ejemplo, en el salón, el mueble a medida de melamina que imita madera blanca decapada oculta hasta los retornos del aire acondicionado y, en el mismo material, un arrimadero “abraza” el sofá creando una socorrida superficie de apoyo. De este modo las impresionantes vistas no tienen obstáculos.
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