Jon Tugores, la libertad de una obra naturalmente refulgente


Jon Tugores, la libertad de una obra naturalmente brillante
Jon Tugores, Foto: Cristian Casanelles

FOTOGRAFÍA, ARQUITECTURA

“Voy a encender la grabadora”, le digo a Jon Tugores, arquitecto técnico, conduzco y fotógrafo. La grabadora me sirve para tener un registro de la información y me da total calma para oír con atención lo que me cuenta Jon al hallamos en el Centro Cultural Terrassa con ocasión de la exposición Atmos-fear que ahora se prepara para recorrer Europa.

No conocía personalmente a Jon Tugores mas una llamada por teléfono con Mo Segura, directiva de prensa de la muestra, me hizo entender que eso que escriben de Jon en los medios es real. La Vanguardia lo equipara con Sócrates. Mas , si bien vuele alto no es un superhéroe, o bien si, o bien no. Es un profesional con un perfil muy interesante, único, que ha llevado a un nuevo sitio la fotografía, la arquitectura y la aviación. Sí, todo junto en una misma obra y lo ha hecho de forma naturalmente refulgente.

Jon Tugores, la libertad de una obra naturalmente brillante
The Cloud, Jon Tugores

El urbanismo comprendido desde lo alto

“Soy arquitecto técnico esencialmente. Me mueve la arquitectura, tengo despacho propio, ahora estamos con un proyecto de una casa-museo en Mánchester. En paralelo soy aviador, por aquellas cosas de ser libre en la arquitectura. La aviación me deja decir que no a determinados proyectos por el hecho de que creo que un despacho de arquitectura debe ser congruente con tus principios. Para eludir hacer proyectos que no deseo, la aviación me da estabilidad”.

“Estoy contento de ser conduzco. Soy comandante de la flota Airbus en Vueling. La fotografía surge como un spin off, mezclando la arquitectura y la aviación de estos aeroplanos tan fantásticos y automáticos con los que trabajamos”.

Con la aviación he puesto en práctica todas y cada una esas urbes que estudiaba en urbanismo, en la arquitectura. Las ves mediante las nubes, de la lluvia, con mucho sol, de noche… Y, en los vuelos, comencé a hacer fotografías que prestaba a los arquitectos Carles Llop o bien Vicente Guallart para sus conferencias. Hasta el momento en que, hace 4 años, me comentaron sobre la idea de hacer un libro sobre las fotografías de Barna (Barcelona by Jon Tugores, editado por Actar Publisched). Lo presentamos a los premios FAD dos mil dieciocho y, sin tener ni una palabra de urbe, logró una mención de Honor”.

Jon Tugores, la libertad de una obra naturalmente brillante
Madriz, Jon Tugores

La interpretación del momento

“La verdad es que la gente que sabe de fotografía me ha valorado realmente bien y el feedback es increíble… mas no hago las fotografías a fin de que agraden sino más bien a fin de que me agraden a mí”, afirma.

¿Qué piensas que vieron en tus fotografías o bien qué estimas que las hacen singulares? —Le pregunto —. “Yo veo momentos”, responde. “No estoy con un trípode en el avión… me muevo y el aeroplano se mueve rapidísimo. Entones, gran parte de las fotografías me las encuentro, son instantes muy ocasionales, muy fugaces que pasan delante de mi y las debo captar. No las puedo hacer en otro instante por el hecho de que estoy conduciendo el avión… Mas ese instante fugaz, esa veloz interpretación del instante, de la belleza, hace que salgan fotografías muy gráficas, en ocasiones son interpretativas, han hablado de alguna fotografía romántica o bien atemporal, de poesía…”

Me agrada mucho que la gente haga la interpretación que le dé la gana. Como afirma Rubert de Ventós en su libro El arte ensimismado, la interpretación propia siempre y en todo momento es válida. Hay gente que ha venido acá a buscar su casa, otra que hace lecturas históricas, otras metropolitanas, ambientales…. Todas y cada una me semejan bien. Hay gente que te ponen por las nubes. Me han equiparado con pintores como William Turner”.

“Siempre busco la fotografía atmosférica, que la atmosfera interactué con el territorio. El aeroplano va rapidísimo y alto, entonces, intento buscar la escala más metropolitana, más planetaria, la que te vincula con un territorio muy amplio”.

Jon Tugores, la libertad de una obra naturalmente brillante
Energies, Jon Tugores

Terrassa y el territorio

“La exposición Atmos-fear es itinerante, empezó en Barna en dos mil diecinueve. En dos mil veinte se paró por la pandemia y también hizo una escala técnica en Terrassa ya antes de irse al extranjero. Se compone de 9 fotografías de Terrassa, 9 de Barna y después se completa con fotografías más pequeñas que son abstracciones, interpretaciones formales, cromáticas o bien de sensaciones que tengo desde el aeroplano donde intento que, si ha tocado la mano del hombre, sea afable. Hay unas fotos que no procuran la belleza per se mas la lectura que puedes hacer sí que descubres una belleza y geolocaliza Terrassa en el territorio ibérico”.

Las fotografías de Atmos-fear han sido escogidas como soporte para la exposición Air/Aria/Aire comisariada por Olga Subirós para el Pabellón Catalán en Venecia dos mil veintiuno cuyo abordaje temático es la polución del aire en Barna. Y han formado una parte del currículo escolar de los pupilos catalanes que han visitado la exposición para explorar y también interpretar, a través de las fotografías de Jon Tugores, su ambiente, su casa, su geografía. “En Terrassa ha sido una de las exposiciones más grandes que se hayan hecho nunca”, explica Jon. Un hecho que ha puesto en foco a la localidad y a su vida cultural.

Jon Tugores, la libertad de una obra naturalmente brillante
Energies, Jon Tugores

“Usted no puede vivir de interpretaciones”

¿Por qué razón escogiste estudiar arquitectura? —le pregunto—. “Con diecisiete años gané un concurso de pintura y como premio me obsequiaron un viaje a Italia. Cuando llegué a Roma y vi el Castillo de Sant Angelo formidablemente moderno a pesares que tiene 2 mil años, me pregunté de qué manera sería este edificio si lo hiciésemos ahora, eso me pudo…”.

Al hilo de nuestra charla Jon comparte una anécdota reveladora sobre de qué manera concibe su trabajo: “Una cosa que me pasó en primero de carrera es que con un compañero nos aproximamos a Peter Smithson, —él al lado de su mujer, Alison Smithson, fueron los progenitores del brutalismo inglés—, tras dar una conferencia en la escuela de arquitectura, le preguntamos siendo futuros arquitectos de qué manera debíamos aprender la arquitectura, si leyendo libros como los que había publicado o bien visitando por el planeta las construcciones para aprender in situ. Hizo un silencio y afirmó que se lo debía meditar. No nos contestó”.

“Al cabo de unos 7 años, lo volvimos a ver en Mallorca y allá nos respondió la pregunta: Lo primero es visitar las construcciones, no puede vivir de interpretaciones de otro. Y seguidamente, puede leer a otra gente. Mas si no hace lo primero no puede hacer lo segundo. Y me dediqué a esto y una de las cosas fabulosas que me ha dado la aviación es poder coger un aeroplano y también irme a sitios donde no hubiese ido nunca”.

Y qué te llevó a ser conduzco —interrogo a Jon ya antes de terminar nuestra conversación— “Tenía que ser libre totalmente… Puedo reconocer que la ocasión de ser aviador me ha dado la posibilidad de moverme mucho, muchas cosas que bastante gente no hubiese hecho, las hice. Me he cruzado países para poder ver una obra y también ir y regresar en exactamente el mismo día”, afirma ya antes de sacarnos una fotografía para acumular esta entrevista.

Mira el vídeo en Instagram: De esta manera fue la exposición Atmos-fear en Terrassa que ahora se prepara para viajar por Europa:

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