Si hay algo que no puede negársele a esta casa en Bekerley es que tiene personalidad. Mucha. Y también historia, que su construcción data de mil novecientos quince. Por las fotografías, además de esto, podemos aventurarnos a asegurar que sus dueños adoran la madera de un tono intenso, puesto que solo en la cocina y esa entrada empapelada en azul y blanco optan por el blanco y la claridad; el resto de esta casa, que tiene además de esto una parte del tejado cubierto de flora, es una elegía a la madera. Paredes, techos, suelos, muebles, y todo esto aun hasta en el baño, ofrecen una gama de veteados que no recuerdo haber visto en otras muchas residencias.

Fotos y también Interiorismo: Commune Design