Todo es armonía en esta residencia de 123m2 en Vilnius, Lituania. Sobre una paleta protagonizada por el infalible blanco y negro, la apuesta de los interioristas ha sido respetar al límite los elementos originales del edificio que aportan textura, pátina y personalidad y conjuntarlos con muebles y luminarias de materiales nobles y toques sutiles de color, como ese bello morado de la cocina o bien el terracota del baño primordial. Un estilo norteño que respira elegancia…
Fotos: Leonas Garbaciauskas · Interiorismo: Prusta