ENREVISTA, DISEÑO 3D, ARTE DIGITAL COLECCIONABLE
Cuando vi el corto The Revolt me quedé completamente maravillada. Las puertas de una casa se abren y en su interior el moblaje y los objetos toman forma, actúan de forma audaz. ¿Dónde se encuentra ese lugar?, —me pegunté—. Se trata de una atmosfera diseñada en 3D con un nivel de realismo impresionante. El autor de esta pieza maestra es el diseñador argentino Ezequiel Pini, creador del estudio Six n Five y con quien converso en su espacio de trabajo, una vieja parrilla reconvertida, al lado del interiorista Isern Serra, en el increíble Lab creativo de Pini.
Los inicios
“Al 3D me llevó lo laboral por el hecho de que en Argentina había muchos estudios que hacían diseño y animación 3D para branding y a mi me agradaba. Empecé a aprender 3D de forma autodidacta sencillamente por el hecho de que me gustaba”, afirma el diseñador. Pini estudió en la FADU (Buenos Aires), trabajó en la capital Argentina, en la capital de España y, desde hace 4 años, vive en Barna.
Desde acá salen conceptos nuevos como los de The Revolt que han marcado un punto de inflexión en esta materia y han llevado su arte a otros ámbitos fuera de sus trabajos para firmas tecnológicas como Microsoft, uno de sus mayores clientes del servicio.
Las creaciones de Ezequiel Pini han tocado la fibra de empresas de moblaje como Cassina, de estudios de arquitectura como Bofill o bien marcas de tendencia como Burberry, entre otras muchas colaboraciones para gacetas de prestigio como T-Magazine Singapore o bien Icon Design IT; como su participación con el artista Daniel Arsham, otro grande en el ámbito. Asimismo, su arte se ha materializado con objetos y piezas de moblaje resultado de trasladar lo digital a lo físico y real.
Libertad para hacer las cosas como uno quiere
“Para mi la tecnología 3D es una nueva forma de representar. Ahora el 3D está muy metido en todos y cada uno de los rubros mas en aquel instante, cuando empecé a trabajar con él, la idea era poder producir lo que me agradaría ver. Me pasaba que, con el 2D, para poder representar una idea, debía hacer una ilustración o bien un collage. En cambio, con el 3D, sentí que está todo en mi control, producir los elementos que deseo, alumbrarlos como quiero… esto me dio infinidad de creación. Y, con el tiempo, fue procurar pulimentar el realismo… Lo primordial fue la libertad y la infinidad de posibilidades que te da tener una idea y poder representarla.”
¿Dónde se encuentra este lugar?
“Si, me lo han preguntado muchas veces…” responde Ezequiel ante el interrogante que titula este segmento y que hace alusión a esos espacios que diseña. “Empecé a hacer que cosas abstractas o bien irreales se viesen reales, comencé a crear espacios… las paredes son una parte de la composición, sin sentido funcional. Todo esto vino merced a una evolución tecnológica, a nuevos ordenadores, nuevos motores de renders y ganas de explorar… Y, en el viaje, fueron pasaron cosas, me metí en el planeta de los interiores, empecé a hacer colaboraciones con interioristas, arquitectos o bien firmas de mobiliario…”
El diseño como las artes marciales
¿De qué forma fue tu niñez, de qué forma medraste, siempre y en todo momento estuviste implicado en este ámbito? —le interrogo a Ezequiel para buscar en su historia de vida vínculos con su historia profesional—.
“Yo, en la ciudad de Buenos Aires, estudiaba la carrera en el turno a la noche por el hecho de que, en paralelo, tengo un blackgroun de hacer taekwondo. Mi papá es adiestrador de taekwondo y practiqué este deporte desde los 4 años… competía en certámenes internacionales. Hasta el momento en que llegó un instante en el que debí poner algo más en la balanza y la carrera comenzó a ganar terreno”.
“Mi niñez, entre el taekwondo y mi familia, creo que lo que más tengo es disciplina, el taekwondo, como cualquier arte marcial, va de disciplina, de principios, de adiestrar. Mi padre desde pequeño nos inculcó que, para poder ver resultados, para tener una medalla, había que adiestrar. Y en mi familia (Ezequiel es el mayor de 3 hermanos), estamos habituados a que las cosas se logran trabajando”.
“Por otro lado, de muchacho siempre y en todo momento fui muy retraído, tímido, no me agradaban las conversaciones… mas era muy observador y creo que esto de examinar, de estudiar, de ser observador fue ayudando a que entonces lo traslade a mi trabajo”, comparte.
Espacios bonitos para habitar
“En cuanto a la belleza y a los espacios creo que el anhelo siempre y en todo momento fue producir algo realista. Mi proceso de diseño es, en ocasiones, accidental… necesito sentarme y hacer… tengo cosas en la cabeza, referencias de iluminación, de objetos y lo que hago es sentarme y comenzar a aclarar y probar. Es un proceso lento por el hecho de que voy probando mucho, descarto mucho, mas en el medio voy encontrando cosas y comienza a aparecer todo. Y también, de manera inconsciente, acaban en una parte muy de calma, muy poética, de producir sensaciones bonitas… Son espacios bonitos donde me agradaría estar”.
Un apasionado de todos y cada uno de los campos del diseño
“Soy apasionadísimo con lo que hago, me chifla y prosigo encantado con mi profesión, jamás me aburrí. Soy un apasionado del diseño en sus campos. Soy muy transparente y acá somos todos un equipo”. Al lado de Ezequiel trabaja Nil quien está centrado en la una parte de animación y Joan que es el directivo de arte. El team se completa con Lina que ha gestionado esta entrevista.
El nuevo arte es digital y coleccionable
“A futuro, me agradaría continuar explorando más la parte artística. Pasa que, en paralelo, hay un planeta que se abraza de arte digital. Son piezas artísticas coleccionables en NTP. Esto es, comprás una imagen, un vídeo artístico y es tuyo, lo guardás en tu wallet. Está muy vinculado con el planeta del cripto (criptomoneda). Todas y cada una de las galerías de USA tienen su exhibición de arte tradicional y, asimismo, de arte digital. Christie’s o bien Sotheby’s hacen ya subastas de piezas de arte digital a la altura de piezas de arte tradicional. Y el estudio se metió en ello con el corto The Revolt y esta pieza ya pertenece a un coleccionista de arte digital. Es una pieza única y también irrepetible”.
