Este joven agraciado tiene por nombre Duncan y lo es pues, con sinceridad, contar con de un piso de esta forma en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de París, el distrito dieciseis, decorado de esta manera y lleno de las antigüedades de la familia es para agradecer cada mañana al despertarte. Una pequeña residencia llena de encanto, con mucha luz natural y una buena distribución a la que no le falta ni una cocina en condiciones, chimenea y hasta biblioteca. La magia de saber crear entornos y crear puntos focales.
Fotos: Stephane Juillard · Interiorismo: Marianne Evennou