Es un pabellón acristalado de arquitectura fantástica creado como anejo a una casa cuyo porte podemos imaginar y creada para el disfrute personal de algún archimegamillonario estadounidense. Yo me limito a admirar su belleza y su estética. Hay algo en este espacio que me recuerda al art decó. Y algo asimismo que me hace estimar a este pabellón como el escenario idóneo para una celebración organizada por el Gran Gatsby. Me quedo con el Gatsby de Robert Redford de 1973 si bien, como espectáculo, maravilla la película de dos mil trece con Leonardo di Caprio 🙂
Interiorismo: Rafael de Cárdenas