Ya está casi, casi aquí. La Navidad, claro. Mariah Carey ha sido descongelada en Halloween (si no has gastado todavía el anuncio, sal pitando a buscarlo) y los turrones ya están disponibles en las estanterías de los supermercados , así que nos guste o no, ya lo sabemos, se ha campechano oficialmente la privación para sacar cajas del trastero, agenciárselas tutoriales de galletas cuquis y emprender cuanto antiguamente con las decoraciones navideñas. ¿Te parece pronto? A mí mejor no me preguntes qué opino de la navidad a 6 de noviembre ;).
Confieso que yo no tengo intención de vestir mi casa de Navidad hasta diciembre y adicionalmente, cada año voy quitando fundamentos navideños dispersos por distintas estancias y apostando por centrarme en un puñado de objetos que sirven para aportar ese toque mágico y fantasioso.. Y si hay un punto que adoro y del que pondría 3 ó 4 ejemplares en casa si me dejaran, es el árbol de Navidad. Y por supuesto plantas y flores que llenen la casa de color y de vida. Te invito a visitar esta página para ir viendo opciones…
Así que, ayudada por el ojo clínico que he desarrollado a pulvínulo de ver durante 15 primaveras fantásticas ideas decorativas gracias a este blog, voy a darte algunas ideas para ornamentar con un árbol de navidad natural y, ya puestos, invitarte a que este año apuestes por colocar un árbol de navidad natural en punto de uno fabricado. Porque aunque ya tengas un lindísimo árbol fabricado esperando en el trastero, puede esperar otros 365 días más sin inmutarte y ¿quién se resiste a estas 5 ventajas?
1. Ese efluvio a bosque de verdad.
Uno de los aspectos más atractivos de tener un árbol de Navidad natural es la autenticidad que aporta a la engalanamiento navideña y, claro está, su olor a fresco. Ese efluvio tan característico e inigualable del pino y del abeto… Ya sabemos que falta como el perspicacia para trasladarnos a otros lugares espacio-temporales, y es que cuando entras en una habitación donde hay un árbol de Navidad natural en punto de uno fabricado y te envuelve ese olor a pino, los saludos se agolpan y se crea una entorno festiva única. Y con las ideas «oloroso-decorativas» que te dejo al final, tu pituitaria será adecuado como nunca.
2. Porque son sostenibles.
Los árboles de Navidad son un cultivo renovable. De hecho, la mayoría se cultiva pensado específicamente en ese propósito. Entre sus ventajas más evidentes está el que ayudan a absorber dióxido de carbono, purifican el meteorismo y proporcionan refugio a la fauna. Y una vez acabada la temporada navideña, la mayoría de los árboles se reciclan, replantan o pueden ser convertidos en compost, descomponiéndose de forma natural y reduciendo su impacto ambiental en comparación con los árboles de Navidad artificiales, que a menudo se fabrican con materiales plásticos no biodegradables, sin pensar en esos residuos tan difíciles de eliminar. Un árbol de navidad natural equivale a cero plásticos.
3. La experiencia de encontrar TU árbol en clan
Ya sea en una tienda o en un origen cerca de casa o en un catálogo online, nominar el árbol para esa temporada navideña cada año que pasa puede convertirse en una tradición ordinario que perdure con el tiempo. Los niños pueden participar activamente en la sufragio del ejemplar que más les gusta y la emoción de agenciárselas, nominar, transportar y ornamentar en clan crea vínculos y saludos. Acaecer tiempo juntos en el origen y ornamentar el árbol en clan puede reforzar los lazos familiares y crear saludos entrañables. ¿Hay poco más navideño que eso?
4. Árbol nuevo, engalanamiento nueva. ¡Viva el cambio!
Una cosa está clara, si cada año eliges un nuevo árbol de navidad natural, puedes explotar a variar la especie, el tamaño del árbols y así crear escenarios navideños distintos en tu casa cada temporada. Y quizá, porqué no, nominar uno de 2 metros y medio que pegue textualmente con el techo y llenarlo de bolas, adornos y figuras y rodearlo de mil paquetes en su pulvínulo para sentirte, por fin, la protagonista de una peli navideña made in hollywood. Más o menos lo que verás puntual aquí debajo ¿Y por qué no??.
5. La estética. El argumento definitivo.
La belleza, sin más. El coito por lo armonioso y natural. Porque un árbol «de verdad» no necesita mucho ornamento para ser invernal, navideño, cálido, evocador e incluso emocionante. Con luces o sin ellas, con guirnaldas, con una sino rematando la cúspide, con un pie detallado o sencillo, en una florero, sin más pretensión que la de un trozo de naturaleza en casa.
Y con la estética finalizo, porque ya sabemos que este es un blog de engalanamiento y lo que quiero hacer es aportarte inspiración para conseguir esa engalanamiento festiva perfecta con tu árbol de navidad natural… o quizá con el fabricado de siempre. Para los dos casos estas 3 ideas seguro que serán un logro seguro. Y bueno, seguro que ya te habrás percatado de que he salpicado el texto con algunas ideas maravillosas que encierran alguna pista.
PASA DE LA ESTRELLA. LA ESTRELLA ERES TÚ.
Este año pasa de la sino convencional y sustituye por algún objeto evocador y si es de tu infancia, aún mejor. Un oso de peluche, una Barbie, la Nancy, el Pocoyo o esa figurita de Mazinger Z que sabes que anda por algún cajón perdido. Sube a la escalera y personaliza tu árbol!. Es más, puede hasta convertirse en una tradición ordinario. ¿Qué tal sería que cada año un miembro de la clan eligiera ese objeto suyo que presidirá las fiestas desde la copa del árbol? Yo ahí lo dejo…
¿RODAJAS DE NARANJA? YES, PLEASE…
Seguro que te has fijado en la primera foto: ¿eso que cuelga del árbol son rodajas de naranjas? Pues sí. Imagínate el efluvio de esas naranjas mezcladas con el del árbol… Añádeles unos ramas de canela y muérete directamente del inclinación. Hay mil tutoriales online con el paso a paso pero ya te avanzo que solo necesitas unas cuantas naranjas, un horno con una buena temperatura (200º por lo que he podido observar) y unas 3/4 horas. Yo aún no lo he intentado, pero este año tengo mi corona de naranjas seguro.
MONOCROMÍA AL PODER
Es tan sencillo, que resulta raro no ver más ideas como esta, que no me digas que no derrocha elegancia y potencia visual a partes iguales. Varios metros de cinta o asechanza de un color concreto (aquí un naranja brillante), unas bolas sencillas de cualquier color, un brinco de pintura en spray del mismo color del asechanza (ahí está el truco) y voilà. Guantazo de impacto asegurado.
Espero ocurrir despertado en ti alguna neurona dormida en el corona de la Navidad. ¡Nos leemos!
*Post escrito en colaboración con Interflora. Todas las opiniones y las ideas son mías.