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La vida sin esmero

muletas_caminar

Después de una caida ostentosa (física o bien sensible), no me imagino a absolutamente nadie saliendo de emergencias a la pata coja, dando saltitos escaleras abajo con una pierna enyesada y chillando acelerado: ¡¡¡Tengo mucho que haceeer!!!

Así que despacio voy a salir apoyandome en una muleta de mi querida Valentina:

El reto más esencial después de unos días de bajon es recobrar la energia, regresar a la rutina sin sentirme una completa inútil por estar super retrasada con todo cuanto queria lograr cuando hice mi ambiciosa planificación.

Que sol hace acá fuera, más vale ir despacio cara el vehículo. No hay nada en la nevera. Tengo ciento cincuenta y tres e-mails sin responder y muchas historias que compartir. Tengo encargos que dar y muchas cosas a medias que hacer. Mas el día de hoy no me asustan todos esos cosas que hacer. Es refrescante descubrir de nuevo que la solución a muchos temores y también inseguridades es de nuevo el facilitar aspectos de nuestras vidas. Señor Babauta le haré caso, ¿existira eso de la vida sin esfuerzo?

Mañana nuevo blog post, y Ronnie a ver si ordenamos juntos el cuarto, que el mio es de nuevo una leonera 😉

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