La lectora Blanca mantiene un vínculo muy singular con su casa en la playa. Está en Playa de Aro. Un pueblecito de la Costa Brava donde ha veraneado desde pequeña y conoció a su marido Luís hace ya veinte años.
«Nuestras familias han pasado las vacaciones aquí toda la vida y viven muy cerca. Con lo que hubo un momento en que decidimos independizarnos… ¡Aparte de esto a lo largo del verano!«, explica nuestra anfitriona.
Tuvieron la suerte de encontrar una casa muy cerca del camino marítimo. Era de mediados de los años ochenta y se mantenía en bastante mal estado. Pero de forma veloz vieron su potencial y decidieron hacer su episodio de Fixer Upper.
Luís es arquitecto y tuvo la genial idea de construir una piscina elevada en el jardín. De esta manera pueden aprovechar el porche al paso que los pequeños «¡se pasan el día en remojo, de la piscina a la playa y de la playa a la piscina!», confiesa Blanca.
Y continúa: «Al final se ha transformado en una casa de vacaciones al lado del mar donde siempre y en todo momento y en todo instante y en toda circunstancia y en toda circunstancia y en toda circunstancia y en todo instante hay amigos, familiares… ¡Y sobremesas interminables!» La verdad es que la decoración con accesorios de Calma House y Zara Home ayuda a no estimar salir nunca de aquí.
Otro acierto fue abrir la cristalera del salón al jardín para conectar los espacios. Como es su casa de verano, pasan sensiblemente más tiempo fuera que dentro. No obstante, decidieron instalar suelo refulgente bajo el parquet de Porcelanosa y elementos domóticos para poder disfrutarla al límite en invierno.
Aunque la casa tiene menos de noventa m2 el estudio de arquitectura Lluís Sànchez Cuenca de Girona – autores de la reforma – ha conseguido sacarle mucho partido. Abrieron la cocina al salón tirando un tabique y pusieron una barra de Cosentino para distinguir las dos zonas.
Por cierto, los muebles los ha desarrollado la compañía de Girona Cuina Fortta y Blanca ha puesto una gran nevera americana para estar a la última y tener las bebidas siempre y en todo momento y en todo instante y en toda circunstancia y en toda circunstancia y en toda circunstancia y en todo instante bien frescas. ¡Qué buena idea!
Como las habitaciones eran poquitas y pequeñas, la lectora y su marido incorporaron un pedazo de balcón en la suite para poder ampliar el baño y conectarlo a través de un falso armario.
Para ampliar aún más el espacio, prescindieron de la ducha del otro baño y lo convirtieron en un aseo. Pero no la perdieron completamente, por el hecho de que instalaron una ducha en el exterior ¡con agua caliente!